Sobre el Juzgar a los demás.
- Mario Alesri
- 28 jul 2020
- 2 Min. de lectura

¿Será correcto juzgar a los demás?
Cuantas veces nos hemos encontrado en posición de juicio sobre alguien más; un amigo, un familiar, el cónyuge, y en algunas ocasiones, sobre un extraño. Nuestra mente humana es tendenciosa al pecado, y es aún más propensa al error cuando no está siendo renovada. Cuando esa vieja naturaleza aún gobierna sobre nuestros pensamientos y actos.
Debemos identificar cuándo está mal levantar un juicio sobre alguien más, y cuándo (respaldados en la Palabra) está permitido. Entendiendo tal derecho, no como un juicio que demanda un dictamen para señalar, levantar crítica destructiva o avergonzar a un semejante. Sino como la facultad del alma que permite distinguir entre el bien y el mal, entre lo falso y lo verdadero.

Hola, me han contado que tu eres capaz
de apuñalar a alguien por la espalda
¿Sabías qué eso esta mal?
`No me digas´
En este pasaje podemos ver que lo que se condena realmente es el levantar un juicio en contra de alguien, cuando aquella persona que lo levanta vive bajo la misma condición, es decir, se convierte en un acto de hipocresía.
Sacar la viga de nuestro ojo, antes de sacar la mota del ojo de alguien más nos invita a mirarnos (considerarnos) a nosotros mismos, antes de emitir un juicio.
Ahora, ¿debemos callar cuando veo que mi hermano está mal? ¿Cuándo veo que esa "viga o mota" lo está alejando de la verdad? Definitivamente no. Pero quizá, si tu estas pasando por la misma situación, no seas la persona indicada para hacérselo saber.
¿Cómo juzgar entonces?
No podemos dejar al hermano sin hacerle ver su error, porque entonces no estaríamos amando como Dios nos ama. Pues Dios al que ama reprende. Si amamos debemos decir la verdad y confrontar con la Palabra, con la intención de edificar en la vida de los demás. Pero siempre bajo la luz de la Palabra.
En las escrituras encontramos varios pasajes que tratan el tema del juicio; sobre personas, sobre la misma iglesia y sobre circunstancias especiales. Sin embargo, debemos también pedir al Espíritu que nos capacite, que nos de discernimiento para certificar o negar el valor moral de una determinada situación.

Recordemos entonces que, como creyentes se nos advierte contra el juzgar a los demás en forma injusta o parcial. Pero entender que Jesús elogia el ´juicio justo´. Tampoco debemos caer en el extremo de no juzgar nada. Y más aún cuando se trata de salvaguardar la integridad del cuerpo de Cristo. Debemos aplicar la mansedumbre y decir la verdad en amor para la edificación y la salud espiritual de los miembros y en consecuencia del cuerpo.
En conclusión.
El juicio es necesario dentro del funcionamiento del cuerpo de Cristo, ya que de nada nos serviría discernir cierta situación o mal comportamiento, para después no tener el denuedo de hacer un juicio sobre tal circunstancia. Pero jamás olvidar que ese juicio debe aplicarse de la manera correcta. Siempre mirándonos a nosotros mismos para que al momento de facultar sobre lo que está mal o bien, se obtenga un resultado de edificación en el hecho o la persona y de reintegración en el cuerpo, como parte del propósito eterno de Dios.
Cultura del Reino
Mario Alesri
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